Los mayores muchas veces son estúpidos y miran a los niños con una sonrisa sardónica, como queriendo decir "¡Cómo se lo cree!", "¡Aaaay! ¿Qué inocente!"; cuando la realidad es que los mayores son esos inocentes creyendo que ellos son más listos porque ya saben el resultado. Nuuunca saben el resultado.
Podemos hacer esa historia, y podemos hacer que los niños participen en esa historia. No es que ahora te digo quién es el Papá Noël, sino que ahora vas a hacer de Gnomo del Papá Noël, porque ya tienes el tamaño y ya tienes la fuerza para llevar regalos o para anotar el nombre de otros niños y hacerles sonreír. Pasas, en el mismo teatro, de ser el espectador a ser el actor.
Estamos creando historias de ilusión, estamos haciendo una teatralidad de ilusiones que vienen siendo atávicas.
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