miércoles, 19 de junio de 2013

LA QUISE MATAR


Quise matarla y me arrepentí durante mucho tiempo y sin embargo, en mí continuaba latiendo el que tenía que matarla, porque si no, podía acabar conmigo. 

La depresión, la maldita depresión, se extiende como una mancha de aceite, imposible de quitar, que se convierte en una locura. Más y más me limpio, y cuando menos me doy cuenta, nuevamente me impregna. 

Es una locura, toda la vida peleando contra eso, toda la vida boicoteada por eso, toda la vida temerosa por eso, toda la vida sin poder hacer mi vida.







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